Problemas éticos y problemas morales

¿Hasta dónde podemos hablar de que un problema es meramente ético o específicamente moral? ¿Qué hace que una acción sea moralmente aceptada, pero no éticamente? ¿Cuáles son los límites de la perspectiva ética y la moral?

 

La solución a estas interrogantes la podemos encontrar tanto en los conceptos Ética y Moral, como en la aplicación práctica de ellos. En este sentido, cabe destacar que un problema ético y un problema moral no riñen entre sí, es decir, no son cosas opuestas entre sí, ya que ambos se relacionan con el enjuiciamiento de una actividad o acción humana. El punto clave radica en que una perspectiva ofrece una razón de tipo teórico y la otra responde a un acuerdo establecido por un grupo de personas.

Con base en la anterior idea, podríamos decir que problema ético es aquel que puede ser comprendido y resuelto desde los aportes de las distintas teorías éticas acuñadas por los filósofos. Las teorías éticas nos brindan razones sobre cuándo una acción es viciosa, cuándo el deber se transfiere por el beneficio individual o cuándo la intolerancia opaca a la razón, entre otros casos. Las respuestas que la ética nos da se fincan en principios de carácter universal y trascienden los acuerdos concretos que establecen las personas en las diversas culturas de las que forman parte. En este sentido, prácticamente, los problemas éticos, aunque sucedan en el polo sur del mundo, pueden ser evaluados, comprendidos y resueltos por los habitantes del polo norte, siempre y cuando elaboren sus respuestas a partir de los aportes de alguna de las distintas teorías éticas aceptada como tal.

 

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Por su parte, los problemas morales son aquellos acontecimientos o eventos que específicamente atentan contra los acuerdos morales tomados en las distintas sociedades o pueblos del mundo, pero que en otras sociedades no se reconocen como un atentado contra el bienestar moral de la persona. Recordemos que la moral es el acuerdo sobre lo que es bueno, justo, deseable, para un grupo de personas y, que a la vez, puede diferir de otro grupo. Un ejemplo podría aclarar más este punto. Hace cuarenta años en algunos grupos indígenas del sureste del país existía la idea de que si el dueño de la hacienda se fijaba en una indígena, y ésta quedaba embarazada por éste, se debía a que la mujer poseía una serie de rasgos distintivos que la hacían mejor que el resto de las mujeres de su grupo. A partir de ese momento, la mujer era muy codiciada por los hombres indígenas, ya que era una mujer de gran valor. En la actualidad esa práctica es muy poco usual, sin embargo, aún se sigue practicando y siendo aceptada por distintos (muy pocos) grupos indígenas, sin que ello signifique que tiene valor para el resto del país. Lo que en un espacio y grupo de personas cobra sentido, para otro espacio y grupo no lo tiene.

Por último, vale la pena dejar en claro que los problemas morales y los problemas éticos se refieren a lo mismo (la actuación de la persona, en orden a lo bueno o lo malo), lo que varía es la manera o los recursos que empleamos para elaborar un juicio a partir de dichos problemas. Los problemas éticos pueden ser reconocidos y resueltos en una gran cantidad de sitios del mundo, mientras que los problemas morales responden a las necesidades particulares de una comunidad o grupo en particular.